Para tu provecho
Para paladares estéticos y éticos…

Cajas que duran toda la vida…
Érase una vez una caja hecha con mucho amor. Hecha por hombres y mujeres, y no por máquinas. Una caja forrada a mano, canturreada con el alma, una a una. Érase una caja dorada como el sol, y otra de color púrpura como el cielo al amanecer o como la aceituna cuando envera. Érase la noche en una caja azul como el firmamento que sostiene las estrellas. Érase tambien una caja natural como la vida misma, conocida con el apelativo de “kraft” cuyo aspecto es el de tierra misma, en pleno mes de agosto, atada con la misma cuerda de yute con la que cerraban los paquetes nuestros abuelos o con lazos de aquellos que nos ponían en el pelo…
Érase un zumo verde de aceitunas, nacido en el Molino de Sant Ana, que nos alegra y enamora el alma. Érase un sabroso elixir custodiado por una mochuela poeta. Érase una experiencia mitológica…
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